sábado, 25 de enero de 2025

TRUMP Y DE LA LUCHA PROLETARIA POR EL PODER POLÌTICO.

A PROPÒSITO DEL 23 DE ENERO DEL 2025, DE DONAL TRUMP Y DE LA LUCHA PROLETARIA POR EL PODER POLÌTICO.


I. Los sucesos políticos insurreccionales del 23 de enero de 1958, la valiente lucha armada de los años sesenta y la insurrección política del 13 de abril del 2002-2003, junto a otros sucesos revolucionarios de enorme importancia para la liberación nacional y el socialismo, han estremecido la lucha de clase venezolana y en todo el continente. Estos sucesos contienen en sí mismo experiencias determinante para los nuevos combates del proletariado contra la explotación del capital, sus aliados y abordan los principios de la soberanía nacional.

   Los socialistas y los nacionalistas revolucionarios no hemos sacado las lecciones políticas ni de organización correspondientes de tan invalorables sucesos. Dejándole de esa manera el campo abierto a los monopolios burgueses y al reformismo, para sus especulaciones propagandísticas, festivas, distraccionistas o patrioteras. Error, porque estos poderosos movimientos populares tienen un carácter estratégico innegable, repitiéndose en ciclos.

    La burguesía crispa sus nervios cuando se trata de movimientos victoriosos de masas apuntando al poder político. aunque esas luchas no hayan llegado a término por circunstancias externas del proceso, por errores de vanguardia o por cualquier otra causa.

   El capital monopolista venezolano, cuyo Estado Mayor esta acantonado en Fedecamaras-Veamcham, se rodea no solo por las grandes fuerzas del capital sino tambièn por un reformismo que generalmente le hace la segunda voz en todas sus acciones de clase; pero esa burguesía no puede ocultar su temor a la nueva situación mundial y local, desencadenada por la profunda crisis estructural del sistema capitalista mundial, particularmente visible en los actos enloquecidos del imperialismo anglo norteamericano y sus figuras.

   Los imperialistas sienten el evidente declive de su sistema, producto de insolubles contradicciones internas que se profundizan con cada uno de sus actos, los de guerra, los de bloqueos, las amenaza, las intervenciones y los desvaríos oficiales dela burguesía norteamericana.

   Mucho mas aumentan esas fracturas con el ascenso de figuras de mentalidad prehistórica, mesiánica y posesas, como la del nuevo presidente yanqui Donal Trump, quien además se cree elegido por Dios para retroceder la historia decadente del capitalismo norteamericano del 2025 al esplendor del pasado imperialista de los años cuarenta, representando inequívocamente no el sentido involutivo que marca la historia de la burguesía, sino la tradición fascista del derecho a invadir y anexar todo lo que ellos creen que pertenece a su viejo patio trasero, reclamando esta vez no sólo a Latinoamérica y el Caribe, el Golfo de México, el Canal de Panamá o el Esequibo venezolano anexado de hecho y en ejecución de las propiedades petroleras y gasíferas del pueblo venezolano, trastocada ahora en empresa mixta con las inversiones extranjeras imperialistas inglesas, sino que agregan al patio de atrás, a Canadá, Groenlandia y seguramente otras naciones con grandes recursos naturales como los minerales de Níger, Burkina[OCVdVQ1] Faso en África o la estratégica nación Palestina, apetecidas por los imperialistas franceses de Macron y las SS sionistas del obeso fuhrer Netanyahu.

   Discursos amenazantes, destinos manifiesto, asesinatos y guerras divisionistas del hitlerismo es la orden del gran capital o <estado profundo> de las 12 familias burguesas que desbastan al planeta Tierra(*); pero al mismo tiempo es la señal de imperialistas muy nerviosos por la derrota de la OTAN en Ucrania a mano de la Confederación Rusa y sus aliados o el freno revolucionario del Hamas contra los genocidas israelíes en los Altos del Golán y los golpes demoledores de las fuerzas del Yemen en el Mediterráneo o las muchas protestas de las masas europeas por la servil posición de la Unión Europea ante los Estados Unidos; así mismo el nerviosismo burgués por la proliferación de frentes populares progresistas, antimperialistas y antifascistas en el mundo; por la creciente reorganización del proletariado internacional, por desarrollos de los frentes los nacional antimperialistas internacionales y la recuperación en firme del socialismo científico.

   Es decir, por el grandioso y amplio bloque mundial contra el agresor común, que bien sabe la derecha, es una inmensa coalición que representa un inminente peligros para los intereses de un capitalismo monopolista mundial-sobretodo el financiero- que se ahoga en sus propias contradicciones, corruptelas e incapacidades.

(*) V. Canal virtual, Freddy Estaba, Canal Comunicador Informativo. Referido por la prensa del PRT, Blog El Proletario y Wayare.

   En vista pues, de este nuevo e interesante escenario geopolìtico que ya se forma presentamos a nuestros lectores algunos puntos del intercambio de ideas tenidos en el 2023 con los camaradas brasileños del movimiento marxista 5 de mayo (MM5), sobre el tema del poder popular dentro del marco de la lucha de clase y la cuestión nacional que bate al Planeta; opiniones que estamos seguro serán de gran utilidad para el escenario de grandes combates que se avecina, igualmente para las tácticas antimperialista del proletariado y los nacionalista revolucionarios, nueva alianza para definir la soberanía nacional y el socialismo científico del siglo 21.

   Finalmente, informamos al lector que un desarrollo màs detallado de estos temas y la política obrera, están en el análisis político trabajado sobre la ley orgánica del trabajo (LOTTT) vigente, visto la teoría del trabajo y los artículos mas destacados de la Ley a la luz del marxismo.

Este trabajo sobre la verdadera ideología de la Ley laboral será de pronta circulación por capítulos, correspondiendo el tema teórico básico al primer capítulo, entre otros punto tratados, el tema de las ideologías de vanguardia y sus efectos en el desenlace de coyunturas dominante en las últimas décadas.

Otto Van der Velde Q.. 23 de enero de 2025

II. “… -En efecto, V. Lenin habla del doble poder refiriéndose a fases inminentes de la revolución. En sus escritos “Cartas desde lejos” y en la famosa “Tesis de abril”, define la situación determinante para la insurrección proletaria de los soviets en octubre de 1917 que sique a la revolución democrático burguesa rusa de febrero del mismo año que lleva al poder a los Mencheviques y otras corrientes del gobierno de kerensky.

     En nuestro caso venezolano hemos tenido dos momentos históricos que tienen que ver con las tesis leninistas del doble poder, una subestimada categoría dialéctica concreta en las coyunturas venezolanas mas importantes ocurridas tanto en la lucha de clase como en la lucha nacional, entre otras la del 23 de enero del 58 o en forma espontánea el <caracazo> de 1989 y mucho màs cerca y clara durante las insurrecciones políticas del 2002-2003 en los que combinadas “en forma explícita de hecho” y <espontanea> de masas, se han dado las condiciones objetivas y en cierto modo subjetivas de masa, para el impulso de una línea de “doble poder” popular, a partir de los enfrentamientos interclase y de clase de la burguesía explotadora y el proletariado explotado, pero así mismo de la lucha nacional entre nacion opresoras (EEUU, Unión Europea) y oprimidos /Venezuela-Latinoamérica-Caribe), Veamos entonces aunque sea brevemente por ahora algunos de estos momentos: 

En los años 57-60, tras el derrocamiento popular (cívico-militar) de la dictadura burguesa del General Marcos Pérez Jiménez, culminada el 23 de enero de 1958 encabezada por la unidad del Frente nacional revolucionario “Junta Patriótica”, lograda esta en la clandestinidad antidictadura, tales condiciones quedaron expuestas a la lucha de clase por el programa de reivindicaciones sociales, laborales y políticas, a la vez, nacional democrática de la Junta por el oprobioso Pacto de Nueva York firmado en 1957 por Ad, copei y Urd con el Departamento de Estado. La Junta Patriótica era una Organización popular impulsada y dirigida exitosamente en la clandestinidad por el Partido Comunista y las fuerzas aliadas de izquierda de los años cincuenta y principio de los sesenta.

  Las vanguardias marxistas y nacional revolucionarias condujeron con gran éxito el derrocamiento de la dictadura militar, mas no lograron organizar políticamente y llevar hasta el final, las evidentes condiciones objetivas maduras para ensayar con éxito el “doble poder”, producto de la insurrección política de masas y la certera dirección del Partido; una ofensiva popular en constante crecimiento a partir del levantamiento “cívico-militar” del 23 de Enero dirigido por el Partido Comunista y sus aliados del Movimiento de Izquierda revolucionaria conducido por el profesor Sáez Mérida y el sector revolucionario de Urd liderado por el presidente de la Junta Patriótica Fabricio Ojeda, además de figuras independientes y representantes del Comité Militar.

  Una vanguardia bien afianzada en el seno de grandes sectores de masas en vertiginoso ascenso antimperialista, como literalmente se demostró durante la derrota popular del contragolpe militar perezjimenista de Castro León y un poco después en las acciones contra Richard Nixon, vicepresidente de EEUU de “visita” diplomática en Venezuela, casi linchado por las masas en los alrededores del Panteón Nacional, empujando al gobierno imperialista yanqui de Dwight Eisenhower a mover la VII flota hacia las costas venezolanas.

   Acciones insurreccionales que inequívocamente demostraban la fuerza popular de los comunistas y la izquierda de esos años, lo que permitía a dichas fuerzas formar un gobierno provisional nacional revolucionario de medidas sociales inmediatas y soberanas, que no se hizo. En su lugar, se llama a formar un gobierno provisional con figuras moderadas políticamente insípidas como Wolfang Larrazabal, Edgar Sanabria (1958) quien le pasa el coroto al gobierno pro imperialista, represivo, sangriento y mediocre de Rómulo Betancourt-Raúl Leoni de composición oportunista y servil de los monopolios de Fedecámaras; error que permitió al punto fijismo reorganizar sus fuerzas, pasar a la ofensiva, allanando el Congreso Nacional encarcelando a los confiados diputados revolucionarios.

    El error central de un sector del PCV, MIR-URD y los aliados de la época, fue precisamente la línea etapista, fundamentada en no formar un gobierno provisional nacional revolucionario-que era perfectamente posible dada la fuerza popular de los marxistas y la Junta; en la aceptación de una democracia de carácter representativo parlamentarista de dialogo que incluía la paz laboral, ignorando que la derecha burguesa acababa de firmar el acuerdo de Nueva York con el astuto imperialismo yanqui, representado en la Casa Blanca por Allan Dulles, pacto anticomunista promovido hábilmente por las corrientes de Rómulo Betancourt al frente de los socialdemócratas de derecha de Acción Democrática y Rafael Caldera como jefe ultraconservador del partido confesional Copei, reconocidos partidos burgueses apoyados por los grupos oportunistas de Unión Republicana Democrática de Jóvito Villalba.

   Ese acuerdo se conoce aquí, en Venezuela, como Pacto anticomunista de Nueva York -1957- renovado en el año 58, en la quinta Punto Fijo de Caracas, residencia de Rafael Caldera y denominado entonces como Pacto de Punto Fijo o puntofijismo

    Gracias a las posiciones quietistas del etapismo “de izquierda y al agresivo Pacto proimperialista de Rómulo Betancourt AD y su coalición calderista Copei, con el imperialismo norteamericano, la ultraderecha cívico militar estafa las elecciones del año sesenta. Acto seguido, las policías de la “democracia representativa” allana el Congreso de la República, encarcelan a los diputados comunistas, mirista y nacionalistas, desatando una represión sin precedente en Latinoamérica de atropellos, asesinatos, prisiones masivas y miles de desaparecidos.

   A lo largo de 30 años, centenas de activistas, cuadros comunistas, marxistas y demócrata fueron torturados y asesinados brutalmente en las calles, campos y los tenebrosos antros militares de los T.O -teatro de operaciones militares- creados por la organización terrorista <Escuela de las Américas> dirigidas por la burguesía anglonorteamericana EEUU e implementada por los diversos gobiernos <demócratas> del Continente, caso de Pinochet, del Cono Sur hasta el puntofijismo venezolano y otros.

   Después del año 63, ya instalada y en desarrollo la dura lucha armada, se profundiza un segundo error estratégico: varios de los antiguos defensores del etapismo del 58-60, se inhiben, pero muchos de sus críticos reaccionan subsumidos en una línea liberal izquierdista, la tesis foquista o teoría del foco., Un comportamiento aventurero que según el socialdemócrata francés Regis Debray y sus discípulos locales, nada del marxismo hacía falta, ni el partido ni la experiencia ni la teoría, sino era suficiente abrir un foco armado de cualquier especie y ese foco hacia la revolución por sí mismo, infantilismo de izquierda que diezma las reservas político-militares de la revolución y del propio Partido, debilitando la estrategia de lucha armada trazada en el III Congreso del PCV.

    Foquistas de corrientes diversas que a la postre terminan dividiendo y debilitando la reorganización de los comunistas, igual que la del MIR y otras organizaciones revolucionario de la década siguiente.

   Además, el etapismo y su posterior reacción liberal de izquierda foquista, contribuyen con sus tesis al aislamiento político de la que la clase obrera quedando a meced de la demagogia de derecha, sin dirección política efectiva para caer paulatinamente unos cuantos de sus bastiones, bajo el control de la reacción adecopeyana sindical, agrupada en la Confederación Trabajadores de Venezuela (CTV), cantón de la aristocracia obrera puntofijista y del lumpismo miliciano del <partido del pueblo> Ad, ocultando que en realidad solo era un eslabón en la cadena de transmisión del capital monopolista e imperialista explotador y opresor dominante, que acompaña al gran capital hasta el mismo golpe imperialista del 11 de abril de 2002, desapareciendo con su derrota por las masas y dejando claro que con la ultraderecha nada tiene que buscar el movimiento revolucionario.

   Ese fue el primer embrión del “doble poder”, fallido por la vía combinada del etapismo-foquismo. Error que se repite de otra forma en el período 2002-2003, a raíz de la nueva derrota fulminante que las masas infligen, desde el 13 de abril en adelante, a la cadena golpes y paros cívico-militar organizados por la poderosa coalición derechista o “Santa Alianza” de la ultraderecha, Fedecámaras-Venamcham, el Episcopado, los partidos capitalistas de la “Coordinadora Democrática”, los militares golpistas y el lumpen. Durante estas acciones de clase y nacional, renace con mayor fuerza la tendencia del doble poder político con las insurrecciones políticas (no economistas) del pueblo insurreccionado.

   La aplastante derrota del “push” cívico militar imperialista del 11 de abril por las insurrecciones populares del 13 de abril en adelante, que prácticamente extiende sus acciones hasta más allá de diciembre de 2003; derrota en la calle los nuevos y poderosos golpes de la burguesía: pone fuera de combate el golpe petrolero imperialista, contra PDVSA del 3 de diciembre capitaneado por el agente Luis Guiusti, su presidente; desbarata la huelga general indefinida, decretada por la dirigencia de la CTV de Carlos Ortegas-Manuel Cova y Froilán Barrios con los grupos desclasados de la Confederación de Trabajadores de Venezuela –CTV; liquida el paro bancario y las tomas terroristas de las plazas pública etc. . Esa nueva acción popular polariza aún más la lucha de clases y la tendencia del poder paralelo dentro del proceso bolivariano.

   Pero, como en el año 58 dirigida, en esta oportunidad la dirección nacionalista del MVR-gobierno, tampoco entiende las nuevas condiciones del doble poder insurreccional planteado y con ello la posibilidad de liquidar estructuralmente al capital monopolista, haciendo que el proceso bolivariano se transformara en verdadera revolución bolivariana integralmente antimperialista y antifascista de profundo cambio social.

    Así como en el 23 de enero de 1958 era perfectamente posible afianzar el nacionalismo revolucionario en un nuevo Estado, dada las acciones ininterrumpidas de masas y su decidido apoyo a la Junta Patriótica; entre el 2000-2003, derrotado el golpes de Estado de la derecha, liquidada la poderosa ofensiva magnicida de la alta burguesa local e internacional que incluye a todo el arsenal capitalista de Venezuela: al alto clero, la banca, los partidos derechistas, los militares gorilas, la aristocracia obrera, los reformistas y el lumpen, era perfectamente posible por la acción demoledora y sostenida de masas, profundizar medidas revolucionarias antimonopolistas, organizar un nuevo Estado popular revolucionario de obreros-campesinos y comunas que, junto a los sectores nacional democráticos del proceso, materializaran la consigna principal ahora del gobierno popular, tanto en las vanguardias socialistas como en las nacionalistas de masas.

   Pero en su lugar, la línea nacionalista cae en otra modalidad etapista y se lanza por el insólito “perdón” e impunidad democratista, para felicidad de los golpistas y magnicidas de la ultraderecha.

   En consecuencia, el proceso bolivariano, con una oposición en desbandada, aturdido por la acción de masas, reacciona erróneamente no ejecutando medidas estructurales contra la burguesía golpista y sus seguidores, sino emprendiendo una línea <comprensiva> de perdones, diálogos diversionistas y proyectos perpetuos por etapas. No se aplica de nuevo la táctica plan sino el proceso indefinido.

   En esa dirección se reorganiza el nuevo partido en base al policlasismo del Psuv y y sus aliados del Polo Patriótico, maquinaria electoral reorganizada sobre los escombros del MVR, gozando de la confianza general de las grandes masas que de calle han derrotadas a los enemigos del pueblo. En otras palabras, nuevamente se pierde una condición dada para el cambio

    El nuevo etapismo de izquierda, permite, igual que el 23 de enero de 1958, que, en poco tiempo, la derecha reorganice sus fuerzas y reinicie otra escalada política hasta el sol de hoy. El capital monopolista, particularmente el capital financiero, retoma la iniciativa de ultraderecha y del fascismo, reinsertando en la escena política a Primero Justicia, Súmate, Vanguardia Popular, y sus fieles aliados de Ad-Copei y -he aquí la “novedad”- suma renegados venidos del viejo oportunismo de izquierda, algunas figuras y grupillos del MAS, “Causa Radical” y de la fragmentada Bandera Roja pasan, sin pudor alguno con armas y bagaje, al campo de la ultraderecha como fuerza de choque.

    Se reedita pues, la “santa alianza”, bajo las órdenes directas del imperialismo anglo-norteamericano y europeo, particularmente del imperialismo español). Esa ofensiva se potencializa electoralmente tras la candidatura de Enrique Radonski (héroe del paramilitarismo y las fuerzas más oscurantistas del país). Se consolida el boicot general, permanente de los monopolios capitalistas e imperialistas contra el movimiento revolucionario, los sectores nacional burgueses reprimen a la clase obrera y la economía popular entra en crisis general

   Finalmente, no está demás decir, que la derecha en Venezuela también ha ensayado (y ensaya) las formas de un “doble poder”. La reelección de la burguesía conservadora de Donald Trump facilitara esa estrategia terrorista de la derecha local, pero la crisis estructural del capitalismo y la nueva geopolítica mundial con todo y sus novedades, abre también amplias posibilidades para al proletariado obrero-campesino- comunal y sus aliados. (**)

(**) Nota de la Redacción 23 de enero 2025. Algunas de aquell

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