SOBRE LA PROVOCACIÓN IMPERIALISTA NORTEAMERICANA Y SUS ALIADOS CONTRA LAS REPÚBLICAS DE UCRANIA Y RUSIA.
1. Para nuestro Partido, los sucesos que sacuden la escena política en el Este europeo no revisten la característica de un simple conflicto regional, sin incidencia significativa en la política global; por el contrario, los planes imperialistas occidentales, que atizan la guerra entre Ucrania y Rusia, tienen que ver, directa o indirectamente, con las políticas y las economías de todas las naciones. Más aún, en caso de evolucionar negativamente podrían determinar el futuro de la especie humana, por los peligros nucleares que rodean dicho conflicto. Venezuela -pero también Latinoamérica y el Caribe- no son regiones ajenas al desenlace de tales sucesos.
2. Venezuela y las naciones del área, a causa de situaciones concretas, objetivas, naturales, producto de los aciertos o los errores políticos de los estados y gobiernos del área, por muchas causas, han quedado atrapadas en el centro mismo de las peligrosas tensiones internacionales de la actualidad.
3. El imperialismo norteamericano y sus sabuesos de la Unión Europea, la OTAN, los gobiernos de las burguesías locales subyugadas a la política de Estado unidos, han tejido largamente desde antes de los años noventa una política de cerco y liquidación de las revoluciones proletarias, SOBRETODO contra la antigua URSS y los países de la ex-Europa del Este que, al calor de los planes de derecha enmascarados en “revoluciones naranjas”, abandonaban la lucha por el socialismo, con ello, el Pacto militar de Varsovia y el CAME (intercambio solidario de dichos países con la URSS) buscando apoyo en las sectas fascistas y los grupos liberales que le hacían el juego a la reacción europea. Es el caso de Ucrania, Polonia, Bulgaria etc.
4. Dentro de ese marco las corrientes neofascistas ucranianas, conocidas como <EuroMaidan>, establecieron desde el 2013 una alianza formal, para agrupar los diversos sectores de la ultraderecha. Dicho acuerdo, denominado <Grupos de Acción para la Resistencia Nacional>, es un proyecto financiado y armado por el imperialismo anglo-norteamericano y la OTAN. Se trata de un frente oficialmente inspirado en un conocido fascista hitleriano de la Segunda Guerra mundial, el ucraniano Stepan Bandera. ¿Con que objetivo? preparar y ejecutar un golpe de Estado sostenido por el populacho de derecha y sus afines.
5. En el 2014, la coalición imperialista logra derrumbar al gobierno de Yukanóvic, acomodando en el poder, primero, al endeble gobierno de Poróchenko; de seguido al cómico de TV Zelensky, quienes junto a la opositora aventurera (presa por estafa) Yulia Timochenko y al fascista declarado Viktor Yuschenko, han sido las piezas ucranianas claves para el plan final 2022 de la OTAN e instalar la base militar de Ucrania cerrando así el cerco de las bases militares de la OTAN en Polonia, Bulgaria y Ucrania contra Rusia, procediendo a su liquidación junto con la Federación Rusa.
6. Se trata de una faena fundamentada en las nuevas matrices imperialistas de agitación, las llamadas “revoluciones naranjas” que, como loros amaestrados repiten los medios capitalistas de comunicación internacional y su ejército de periodistas tarifados, literatos del sistema, cómicos en decadencia, el lumpen proletariat y demás componentes de ese gran circo capitalista del siglo 21, encabezado por Estados Unidos.
7. Hablamos de revoluciones naranja (o de colores) presentadas en el viejo empaque de mercado, de la democracia o en defensa los derechos nacionales del capitalismo, del pluralismo y los derechos humanos del que oprime etc. palabrejas que ellos jamás respetan cuando del pueblo se trata, amén de otras filosofías baluartes de la propiedad privada mundial, cuyo verdadero sentido es justificar bases militares de agresión fronteriza (para el caso) contra Rusia y sus aliados, similares a las 9 bases de agresión colombiana que rodean a Venezuela, plan que por mampuesto va también contra China, por su legítimo reclamo territorial de Taiwán. En realidad, es el conocido principio de la hegemonía imperialista sobre el mudo, ahora en crisis y franca decadencia.
8. Latinoamérica toda, sobre todo los socialistas y comunistas, pero también el progresismo latinoamericano y del Caribe debe sacar conclusiones muy serias, adelantar preparativos generales frente a esta preocupante situación internacional que tejen las fuerzas reaccionarias del Planeta; especialmente debe hacerlo Venezuela por sus abundantes recursos naturales codiciados por el gran capital internacional.
9. En esto el gobierno bolivariano no debe confundir las cosas, menos aún confundir a las masas, el gobierno ruso no es soviético es definidamente nacionalista; tampoco debe distraer electoramente a la población sino centrarse en el escenario de la lucha de clases y de liberación nacional, estamos políticamente muy cerca de ese peligroso conflicto. Hay que preparar la opinión pública y al pueblo sobre el asunto, así como sus posibles consecuencias para evitar sorpresas e impreparaciones que pudieran empeorar las cosas, ya bastante precarias para todos los venezolanos.
10. A pesar del peligro el momento es oportuno para profundizar y aprovechar las contradicciones mundiales del imperialismo norteamericano y sus aliados europeos, debilitar el dólar, evitar la dolarización del planeta, desenmascarar al capital financiero, a sus instituciones internacionales FMI, Banco Mundial etc., que endeudan y subyugan a todas las naciones, encauzar la crisis estructural del capitalismo hacia revoluciones verdaderas, que las inversiones extranjeras beneficien el desarrollo nacional no que lo empobrezcan enriqueciéndose a su costa. Venezuela necesita con urgencia de una gran revolución industrial y agrícola en función social.
Se trata pues, de una descarada e inmensa provocación <de occidente> o sea del gran capital mundial, por asuntos de mercados, competencia mundial y subsistencia del sistema de explotación capitalista. No más que eso. Nada tienen que ver en dicho escenario los discursos de los propagandistas burgueses sobre los derechos del pueblo ucraniano, antiguo miembro de la URSS e históricamente hermanado con el pueblo y el idioma ruso.
El pueblo ucraniano es víctima hoy de gobiernos producto de imposiciones golpistas sucesivas, resultado de una larga trama anticomunista que se aceleró durante los años noventa con la disolución de la URSS, hasta llegar a los gobiernos circenses de Poróchenko, Zelensky y compañía sostenidos ambos por la OTAN y la coalición de las prolíferas bandas fascistas internas, fuerzas terroristas de choque, sucesoras del fascismo ucraniano de la segunda guerra mundial. Reencarnadas en el siglo 21 por sectas desenfrenadas como la Svoboda, el Provy Sektor (Sector Derecha) y otros grupos, financiados, armados y dirigidos por los gobiernos de EEUU, Inglaterra, Francia, España, Italia y Alemania, igual que por el resto de la Unión Europea y la OTAN.
11. La nueva situación pone definitivamente al descubierto los verdaderos objetivos detrás de las mascaradas políticas de la burguesía ucraniana y sus socios capitalistas occidentales. Es decir, devela las razones de fondo de la violación, por parte de las potencias imperialista, de los acuerdos anteriores de Budapest (Estados Unidos, Rusia y Reino Unido ,1994) o más recientemente, de los protocolos de Minsk (Bielorusia) en la que quedó establecido el compromiso, tanto de la Organización del Atlántico Norte como del gobierno ucraniano, del bielorruso y el ruso, para garantizar la desnuclearización en las áreas fronterizas con la Federación Rusa, así como el compromiso de devolver LAS ARMAS NUCLEARES soviéticas, facilitadas a dicho país en los tiempos de la URSS; más el acuerdo de no instalar bases militares de la OTAN en las fronteras de Rusia y la Federación, así como otras condiciones geopolíticas importantes para la seguridad de los pueblos europeos, incluyendo, naturalmente, la seguridad de Ucrania, cuyas naciones sufrieron como ninguna otra, las barbaridades genocidas del eje fascista Alemania- España-Italia, la destrucción general de la economía soviética, más los 25 millones de muertos del pueblo ruso y una hambruna general sin precedente.
12. Todas esas salvajadas la repiten ahora Estados Unidos, los fascistas ucranianos y la OTAN contra los pueblos mineros ucranianos de Donetsk y Luhansk, completando planes que desde antes del derrumbe de la URSS (1991) solo apuntan a destruir a Rusia, controlar Europa y manejar Asia, dando continuidad al objetivo imperialista de acabar a sangre y fuego con las revoluciones proletarias, socialistas y de liberación nacional, creyendo exterminar así las fuerzas comunistas y antiimperialistas del mundo, cumpliendo con el plan de balcanizar los territorios y los mercados en un nuevo reparto general. Lo hemos vista perpetrado nuevamente por la OTAN, en Libia, Irak, Yugoeslavia y ahora en Ucrania.
13 . Se trata del proyecto futurista del capitalismo mundial, así lo piensan saqueadores de oficio al estilo del sionista Kissinger, de los Jens Stoltenberg en la OTAN o los super millonarios del Club Bilderberg. Sólo que de repente han tropezado con los sucesos populares de Crimea, del Donetsk, Luhansk y de otros pueblos ucranianos, pero sobretodo han tropezado con el poderoso ejército ruso federado. Justo de esta sorpresa deriva la soberbia e impotencia imperialista de la que los voceros del Kremlin acusan a <occidente> .
En otras palabras, en la provocación <de Occidente> contra Ucrania y Rusia -que evidentemente no es exclusivamente militar, puesto que también lo es económica, por la competencia mundial del mercado, por los avances tecnológicos, los recursos estratégicos, la crisis del sistema capitalista mundial, el control nuclear, la carrera espacial, por ideologías y geopolítica etc.- el tiro le ha salido por la culata al imperialismo yanqui y sus socios. Independientemente de lo que digan los medios tarifados o los sesudos politólogos burgueses, la reacción popular armada y la potencia de los ejércitos ruso y bieloruso, son hechos concretos y decisivo.
Como anteriormente dijimos, dichos acontecimientos han arrojado luz sobre la naturaleza de las cacareadas revoluciones naranjas. Las mismas que tanto aplauden nuestros revisionistas y nacional reformistas adulterando de mil maneras el socialismo, que a la hora de la verdad sirven de alerta para el movimiento revolucionarios, en el sentido de evidenciar quién o quiénes se mueven detrás de esas misteriosas y sorpresivas protestas naranjas, ya sean electorales o de calle y que por lo general terminan en golpes de estados o gobiernos electorales de derecha, que pronto desencantan a las cándidas masas que les han servido, agotándolas sin resultado alguno para ellas, tal como lo hemos visto últimamente en varios países europeos, pero también en nuestra propia área.
Podemos definitivamente decir que los verdaderos “colores” de semejante “revoluciones” son el anticomunismo y el odio a la clase obrera proletaria, en beneficio de golpetazos de derecha como este de Ucrania, que resume la colección de idioteces anticomunistas que van desde Gorbachov y sus Perestroikos de los años noventa, hasta las diversas caricaturas del socialismo reformista de hoy que nada quieren saber de la lucha de clases, del papel motriz de la clase obrera ni con la fuerza proletaria sobre la burguesía imperialista, el partido proletario y menos aún con el socialismo científico.
La algarabía de los nacional -fascistas ucranianos y la caricatura burguesa sobre el nacionalismo revolucionario y el socialismo, son dos caras de la misma moneda, que nada tienen que ver con los temas de la democracia, del pluralismo o de la amplitud etc. en cambio se relacionan estrechamente con el oportunismo electoral, con la candidez de los sectores atrasados de masas, el colaboracionismo reformista y los golpes de estado cívico militares de la ultra derecha como fue el caso venezolano del 11 de abril y de otras naciones latinoamericanas.
Así mismo es también el caso ucraniano con el ascenso político del cómico Zelinsky, de la maniobra golpista contra Yanukovich en el 2014, cuyo final terminó por engordar los planes militares de la OTAN, porque realmente esta guerra es entre los fascistas, los invasores OTAN y los pueblos de Ucrania, Rusia y de la Federación. La derrota del fascismo es a derrota de la OTAN, por más que tras ocho años de provocaciones armadas, los imperialistas hagan el papel del ladrón que huye gritando ¡persigan al ladrón!
El movimiento comunista mundial, el proletariado, todos los marxistas y los pueblos explotados y oprimidos del mundo, apoyamos la solidaridad internacionalista de lucha contra el imperialismo donde este se encuentre, respondiendo ante su agresión por todos los medios necesarios. Lo hacemos en función del antiimperialismo, contra el fascismo y por una verdadera paz. Eso no tiene vuelta de hoja, son nuestros principios históricos.
Respetamos rigurosamente la paz, la autonomía y los derechos nacionales de todos los pueblos del mundo, lo hacemos por identidad de clase con los explotados del planeta Tierra, pero también con los pueblos oprimidos que enfrentan la dependencia y el colonialismo; en esos términos apoyamos al nacionalismo revolucionario, pero nos oponemos a cualquier sentimiento nacional chovinista del fascismo imperialista o del llamado capitalismo nacional y en lo concreto ahora luchamos en contra del fascismo ucraniano que es de muy vieja data en ese país, ayer sirviéndole el fascismo alemán, hoy sirviéndole al fascismo anglonorteamercano y a la OTAN.
En esa dirección, llamamos al pueblo venezolano a luchar contra estos enemigos declarados de la especie humana que también están aquí en Venezuela. Exigimos por tanto del gobierno y del Estado bolivariano, estrechar el frente general antiimperialista internacional y local como una tarea de primer orden estando el país inmerso en dicho conflicto; responder al imperialismo y sus socios con firmes políticas nacionales exentas de colaboracionismo tanto en lo económico como en lo social. Mantener una conducta autónoma que dentro de la muy importante solidaridad internacional y en el marco de los acuerdos establecidos, debe adelantarse sin cheques en blanco, dentro de la más soberana autonomía nacional y de clase, en función de los intereses populares, de la dignidad nacional y del proletariado, no de los monopolios internos o externos.
Ante el formidable peligro de un sistema capitalista en franca decadencia, que amenaza a todos los pueblos del mundo, es imprescindible recordar la advertencia de Lenin sobre el asunto: <El principio de la nacionalidad es históricamente inevitable en la sociedad burguesa, y. teniendo presente la existencia de esta sociedad, el marxista reconoce plenamente la legitimidad histórica de los movimientos nacionales. Pero, para que este reconocimiento no se transforme en una apología del nacionalismo, es preciso que se limite rigurosa y exclusivamente a los elementos progresivos de tales movimientos, con el fin de que no contribuya a enturbiar la conciencia del proletariado con la ideología burguesa> (Notas críticas sobre la cuestión nacional, octubre-diciembre de 1913)
UNETE LUCHA VENCEREMO
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Caracas 4 de marzo de 2022
NOTA. Documento discutido y aprobado por la Dirección del PRT recogidas las opiniones del conjunto nacional del Partido y debatidas en la reunión extraordinaria del 3.3.2022.
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