LA DERROTA DEL GOLPE CAPITALISTA DE ABRIL 2002 Y LA MARCHA DE PETARE
Separata del Periódico del Partido Revolucionario de los Trabajadores "El Proletario", mes de abril del 2005.
(Reproducción del 13 de abril de 2015)
Otto Van Der Velde Q.
A tres años de la derrota infligida por las masas al golpe neofascista del l l de abril y a más de dos años de los sucesos del 2 de diciembre en PDVSA mejor conocido como “el golpe petrolero”, acontecimientos que marcaron un paso adelante para el movimiento obrero y los socialistas; en víspera además de los nuevos enfrentamientos de clase que se avecina, volvamos un poco la vista atrás en busca de experiencias válidas para el futuro inmediato.
Antes del 11 de abril nuestra organización había tomado algunas previsiones. Ocurridos los hechos del 11 de abril con su estela de muertos, allanamientos y prisiones, se reúne el Secretariado del Partido el día 12, revisa la nueva situación política creada por el golpe de la derecha, hace los enlaces necesarios con la Dirección Nacional y las direcciones regionales de Caracas, Miranda, Aragua, Portuguesa y Anzoátegui, coordinadas éstos tres últimos Estados por los camaradas -ya fallecidos- Manuel Ureña, Jesús González y Jesús Berbin respectivamente. La Dirección Nacional establece contactos con otros equipos políticos del interior del país, grupos revolucionarios aliados, así como con varios dirigentes y activistas comunales. Se decide pasar toda la organización del PRT a la actividad clandestina.
A las primeras horas del día l3, el Secretariado del Partido hace un nuevo diagnóstico de la situación a raíz del desastroso y estúpido discurso del dirigente de FEDECÁMARAS Carmona Estanga. Se constata entonces un brusco cambio de la correlación política de fuerzas, que aumenta con la presión popular desde los barrios del Valle, Petare y algunas otras parroquias caraqueñas. Se movilizan las masas en Maracay estableciendo contacto con algunos militares patriotas.
De inmediato nos comunicamos con la concentración organizada en la Redoma de Petare por la alianza revolucionaria de sectores de base del MVR, cuadros de nuestro Partido y los equipos de los camaradas Lenin-Malet. Se suman los cuadros revolucionarios del Distrito y la región Caracas, entre otros, Luis H, Manuel A, Iván, María, Carlos L. Néstor, Vilma, Deyanira, Jesús N, Wilfredo, el que escribe y algunos otros camaradas.
A las l0 am, unas l000 personas entre cuadros políticos, obreros y comunidades nos habíamos ya concentrado en el sitio, en los alrededores de La Redoma de Petare. Se presenta una discusión con un pequeño grupo de activistas del PPT que proponían dirigir la concentración a la toma del canal 8, pero la jefatura de la marcha decide el destino de ella, es decir, Miraflores, para reforzar las acciones y derrotar la parte central del cruento golpe cívico militar organizado por la “Coordinadora Democrática”, cuyo filo represivo apuntaba desde el primer momento no sólo contra el presidente Chávez y unos cuantos funcionarios gubernamentales, sino ferozmente contra los socialistas y las corrientes más activos del proceso revolucionario. Era imprescindible cortar el paso del imperialismo, de Fedecámaras-Venancham y sus aliados antes que estos consolidaran el golpe y provocaran su anunciado baño de sangre.
1 1 y media. Se pone en marcha el piquete de la columna a la que espera un peligroso recorrido, en medio de una situación incierta, en el centro mismo de un cruento golpe en pleno desarrollo, que desde el primer momento allana, asesina, reprime al pueblo y busca exterminar al movimiento revolucionario. Es notoria la ausencia de orientación, información e incluso de presencia y dirección de calle de muchos altos jefes del gobierno, igual que del MVR y de la coalición de los partidos de gobierno. Son remplazados por dirigentes comunales y obreros.
En primera fila de la columna los socialistas llamamos a la resistencia y a la ofensiva Al paso del largo recorrido, la marcha popular atrae como un imán a miles de personas que bajan de las barriadas dispuestas a todo. Cerros y quebradas de Petare, Maca, La línea, Campo Rico, Carpintero, la bombilla, Chapellín, Santa Rosa, Sarria, transeúntes y gente de otros barrios populares se incorporan a la gran columna en marcha hacia la avenida Urdaneta.
A la altura de Chacao la marcha se topa con la Metropolitana y la pertrechada policía del golpista Leopoldo López, armada hasta los dientes --incluyendo armamento antitanque-. En posición de combate, los golpistas cierran el paso a la ya crecida e incontenible columna que en el sitio ya pasaba de 15 manifestantes aproximadamente. Se abre un momento de intensa tensión entre la columna y el importante piquete policía golpista. La jefatura de la marcha da la orden de avanzar en medio de la ferocidad policial, quienes antes la firme decisión del pueblo, se amedrentan, echándose a un lado dan paso a la columna debiendo soportar entonces los insultos y desafíos de aquel pueblo enardecido que ya nada temía.
No menos de 25 mil marchistas llegamos alrededor de las 2 pm, a Miraflores. La situación en Maracay era similar a Caracas, según los informes telefónicos de los camaradas Manuel y Ángel, desde los cuarteles ocupados por el pueblo revolucionario y los soldados patriotas. El resto es historia conocida.
A tres años de aquellos apasionantes sucesos de abril y esperando nuevos sucesos del 2005, es conveniente anotar algunas experiencias que seguramente nos resultaran de gran utilidad:
(1) Una vez más quedó demostrado que pueblo si tumba y repone gobiernos. Que este proceso – incluso la propia vida del presidente Chávez- se salva en primer lugar gracias a la valentía y decisión del pueblo venezolano, que pasó por encima no sólo de la derecha terrorista y sus esbirros, sino también de los vacilantes, fanfarrones y traidores civiles o militares enchufados en el propio proceso, quienes dejaron el pelero antes que sonaran los primeros tiros.
(2) Que las masas insurreccionadas aceleran, minuto a minuto, la descomposición de las fuerzas enemigas y preparan las suyas para llevar hasta el final la lucha política, disponiendo todas sus reservas de combate. Los sectores populares movilizados para el enfrentamiento precipitaron la fractura cívico-militar del golpismo, animando la posición asumida por el sector de militares patriotas- especialmente de soldados y clases- que en asambleas de base desconocieron sus mandos golpistas y vacilantes, hicieron armas al lado del pueblo y negaron su apoyo al golpe de Estado capitalista montado por Fedecámaras, los partidos de la derecha, el imperialismo norteamericano y el Opus Dei español.
(3) Que, en efecto, las condiciones insurreccionales pueden madurar políticamente en cuestión de horas, pero se hace indispensable la línea orgánica, el mando del partido proletario y las vanguardias de masas, direccionando una estrategia firme, un programa revolucionario concreto, acertado y claro para concentrar la insurrección popular y sin titubeo lanzar la toma del poder político. Lo cual objetivamente -mas no subjetivamente en estrategia y dirección- estuvo muy cerca el l3 de abril, quedando inconcluso el importante levantamiento, precisamente por la ausencia de los factores internos, subjetivos mencionados anteriormente.
De hecho, las jornadas de abril-diciembre revelaron como falsa e interesada la propaganda del liberalismo burgués y de algunos patriotas que, para minimizar la actividad proletaria y socialista, vociferaron sobre un triunfo exclusivamente espontáneo de masas, lo cual no era cierto. Estaba en los hechos no sólo la convocatoria orgánica de vanguardia sino la disposición favorable del pueblo que se fundió en muchos casos, a las direcciones revolucionarias locales, como el caso de la ignorada marcha de Petare.
He aquí pues una novísima lección de nuestra lucha de clases, útil también para aquellos socialistas que anteponen el dogmatismo, el sectarismo, el espíritu de grupo, el empirismo aventurero y un sin fin de prejuicios a las tareas de la unificar el programa político de lucha con otras fuerzas, impidiendo acelerar el frente amplio y dar forma a un partido proletario unificado.
(4) Las jornadas del l3 de abril y del 2 de diciembre del 2002 establecieron una profunda diferencia con los sucesos populares de febrero del 89 en cuanto a una mayor madurez política de las masas, un menor sentido espontáneo de lucha y el papel político más activo jugado por las organizaciones revolucionarias y comunales en su seno, lo que permitió concentrar los objetivos cívico-militares.
(5) las jornadas de abril-diciembre también ratificaron que la fuerza central de nuestro proceso revolucionario es la claseobrera y el poder popular organizado de bá-se.
Los suceso de abril y de diciembre del 2002-2003, que contaron estos últimos con la presencia predominante de la clase obrera al frente de las comunidades organizadas y de grupos de soldados patriotas- indican que las verdaderas reservas del antiimperialismo y del socialismo están en las clases y estamentos explotados, no en la alharaca del oportunismo electoral ni en los burócratas y nacionalistas de palabras pero punto fijistas de hecho, tampoco están dichas reservas en los conciliadores y acobardados ante las circunstancias de la lucha de clases.
(6) Finalmente quedó muy claro que las fuerzas populares deben comenzar aceleradamente un plan miliciano de organización y preparación político-militar en todos los terrenos y bajo su propia dirección, porque el capitalismo imperialista y la oligarquía local no duerme, aprovecha la insólita impunidad existente, la falta de autoridad del gobierno con los enemigos del proceso, sus contradicciones internas e incluso la complicidad de unos cuantos funcionarios, dispuesto a volver a la carga cuando las masas están más confiadas.
Pero así mismo, porque este proceso no se desenlazará favorable al pueblo, con reformas capitalistas de ningún tipo, sino con firmes respuestas antiimperialistas y socialistas tanto en el discurso como en los hechos de las fuerzas populares cívico militares aliadas por el cambio revolucionario anticapitalista de estructura.
PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES (PRT)
(Reproducción del 13 de abril 2020 por la Comisión Nacional de Propaganda del Partido, dada la vigencia del material)
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