miércoles, 23 de enero de 2019

LA IZQUIERDA, HABÍAN CONFIADO EN LA “DEMOCRACIA”, CON LA CONSECUENCIA DE 40 AÑOS DE OPRESIÓN PARA LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO

COMUNICADO LA CLASE OBRERA DE UPRA SE PRONUNCIA ANTE EL PAÍS

23 de Enero de 1958 fin de una etapa e inicio de otra en el proceso revolucionario de Venezuela. 

DIRECION NACIONAL UPRA

Cuando el pueblo salió a la calle el 23 de Enero de 1958, dirigido por la Junta Patriótica, jamás se imaginó que su lucha por la democracia, y el sacrificio de muchos de sus mejores luchadores, serviría para imponer un régimen antidemocrático, represivo y entreguista de las riquezas nacionales en grado más profundo que el de la dictadura. La dirección revolucionaria de la época, suma de pensamiento socialdemócrata y nacionalista, imbuido de ideas de un igualitarismo ingenuo, creyeron que la AD de Rómulo Betancourt era una organización de verdad “democrática” y llegaron a validar su condición “popular”, que realmente no lo era, por su ideología de derecha, capitalista, oportunista y proyanqui, que demostró el carácter traidor con sus pactos entreguistas, avanzando sin pausa hasta la exclusión y represión que golpeó con violencia al movimiento popular, al MIR y al PCV, llevando a una ruptura obligatoria con la persecución a quienes, desde la izquierda, habían confiado en la “democracia”, con la consecuencia de 40 años de opresión para la clase obrera y el pueblo, que tuvo que tomar las armas y pagar con sangre, ahora a la defensiva, los errores estratégicos de sus dirigentes, que no tomaron la ofensiva en el momento oportuno. Ese 23 de enero y los días subsiguientes sellaron el futuro, mientras las masas alzadas estaban en las calles persiguiendo a los torturadores e imponiendo la justicia popular, tomando el control por la vía de hecho, la dirección de los partidos se reunía para llegar a acuerdos sobre la forma de gobierno, allí unos buscaron a los burgueses “nacionalistas” para constituir la junta de gobierno, mientras otros se reunían con los representantes yanquis para definir las fórmulas de “transición” y sometimiento. El pueblo, que podía construir su propia opción, no avanzó en la constitución de su gobierno, llegó a Miraflores y fue frenado por los reformistas. Los dirigentes revolucionarios de la época, y principalmente los comunistas cometieron un grave error: creer en la burguesía y en su “democracia representativa”, y en lugar de avanzar a la toma del poder, que era el instinto que empujaba a las masas más avanzadas en la calle, las frenaron para llegar a acuerdos que permitieran “unir fuerza contra la dictadura”, esta táctica, de desconfianza de las masas y su capacidad de lucha, dio a la burguesía y a los yanquis tiempo para montar el Pacto de Nueva York, que nacionalizaron con el nombre de Pacto de Punto fijo, estableciendo una fórmula reaccionaria y antidemocrática que dejaba fuera del juego del poder a la izquierda y al movimiento popular, pacto traidor que no fue atacado con la debida inmediatez, por lo que se impuso un régimen de gobierno democrático burgués de derecha proyanqui que condujo mediante el bipartidismo de la llamada “cuarta república” los destinos del país, con alto costo para el pueblo, durante 40 años. También los militares honestos y patriotas dieron su cuota de lucha ese 23 de enero, la mayoría entendió que Marcos Pérez Jiménez estaba tumbado por la presión de los gringos que jugaron a quitar a un gobierno con problemas para tratar de imponer otro, y lo lograron sin necesidad de un golpe de Estado, con la sumisión de la dirección de AD, COPEY, URD y los militares traidores. Los militares patriotas al entender la jugada entreguista, expusieron su vida junto al pueblo para tratar de corregir el error, incluso con las armas en la mano, al lado de otros revolucionarios consecuentes por medio de las FALN que significó un gran paso en la organización de las fuerzas populares en la lucha contra la derecha, los reaccionarios, apátridas y principalmente contra el imperialismo yanqui. En política los aciertos y errores deben ser analizados objetivamente y a profundidad, no para fustigar a las organizaciones y dirigentes que los cometieron, sino para evitar cometerlos de nuevo, para corregir las debilidades ideológicas que pueden existir en los planteamientos teóricos de las organizaciones y para evitar caer en los mismos de nuevo. Creer en la burguesía “democrática”, en su palabra y en su programa, fue un error que el pueblo venezolano pagó caro entre 1958 y 1998, creer de nuevo en la burguesía ya no sería un error, será un suicidio, por eso no podemos caer en las redes del discurso “democrático representativo” de la derecha proyanqui claramente entreguista y heredera legítima de AD y COPEY, que se atrinchera en la OEA y clama por la “ayuda humanitaria” y “el restablecimiento de la democracia”, pero realmente su actividad es para volver a tener sus privilegios explotadores y represivos. Menos aún podemos creer en la “Burguesía revolucionaria” hija ilegítima de la democracia representativa, que se oculta, como lo hizo Betancourt, en un discurso “revolucionario y nacionalista” para entregar las riquezas del Estado a los grandes monopolios. Como revolucionarios consecuentes tenemos que fortalecer las fuerzas propias de la clase obrera, de los campesinos y los comuneros, del pueblo que resiste y lucha cada día, que enfrenta la agresión imperialista de diverso signo y las inconsecuencias, indolencia y corrupción de la pequeña burguesía que mediante el fraude se quiere transformar en burguesía para negociar las riquezas del país desde el gobierno. Claros de las enseñanzas de la historia, analizadas por medio de la dialéctica, y como parte de las fuerzas de la democracia proletaria que va construyendo el pueblo, tenemos que creer en las fuerzas que cada día se expresan en la calle, en abierta lucha contra el imperialismo yanqui, que es, sin duda alguna, nuestro enemigo principal, contra sus lacayos de FEDECAMARAS, VENAMCHAN Y CONSECOMERCIO, contra la burguesía explotadora, bien sea la tradicional o la emergente, contra toda forma de opresión, contra la Asamblea Nacional y un gobierno paralelo espúreo, porque nadie los eligió para eso que pretenden hacer. A 61 años de aquella fecha, los revolucionarios, aprendiendo del pasado, nos sumamos a una corriente democrático popular y antiimperialista, que si bien es cierto apoya en sus posiciones de resistencia ante la agresión del Bloque imperialista de los EEUU UE al gobierno de Nicolás Maduro, que pretende ser derrocado por parte de las fuerzas más reaccionarias del planeta, también es cierto que asumimos una posición crítica ante los errores y debilidades, como la corrupción, indolencia, entreguismo y la existencia de privilegios de grandes burgueses en parte importante de funcionarios del alto gobierno que quieren hacer realidad a costa del Estado sus sueños capitalistas, mientras hacen sufrir al pueblo cada día por la corrupción, matraqueo y complicidad, lo que nos lleva a seguir exigiendo, como siempre lo hemos hecho, justicia revolucionaria, una política salarial adecuada, congelación de precios, Aplicación del Art 113 de la CRBV, estímulo a la producción nacional principalmente sobre la base del control obrero revolucionario, la entrega de los medios de producción a los trabajadores, a los campesinos medios y pobres, el control de la distribución por parte de los consejos comunales y comunas, juicio público a los corruptos militares y civiles, además de la eliminación de las instituciones del Estado burgués para garantizar la soberanía, con una base material para la resistencia y la lucha contra la agresión interna y externa. 

¡¡Por la Unidad del Movimiento Popular Revolucionario¡¡

¡¡ Organización, Movilización y Lucha para Derrocar al Imperialismo Norteamericano y sus lacayos¡¡ 

Caracas Venezuela 23 de Enero de 2019.

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