sábado, 22 de enero de 2022

NOTA ANTIIMPERIALISTA PROLETARIA No. 32 PRT

NOTA ANTIIMPERIALISTA PROLETARIA No. 32  PRT

A propósito del 23 de enero de 2022.

Es ya sabido que la burguesía monopolista venezolana, el punto fijismo y su descendencia reformista, se han caracterizado por deformar la historia y sus circunstancias. No es un hecho nuevo ni tampoco se circunscribe a la historia moderna. La lucha anticolonialista del siglo 19 en el Continente, que fue una dura lucha de clases en torno al problema nacional, fue deformada por los colonialistas, la monarquía europea y las clases dominantes internas,


   En los gobiernos de AD-COPEI, más de una vez, se trató de suprimir en el pensum de la educación media, la historia de Venezuela, para abrirle paso a las materias <practicas> exigidas por la mercadería internacional de EEUU y sus comodines europeos. Los ejemplos en esa dirección abundan.


  Con la acción popular ha sucedido otro tanto y peor. El 23 de enero de 1958 no escapa a esa estrategia de poder, del cual deben estar pendiente las nuevas generaciones. Desde enero del 58 hasta el sol de hoy, los diversos gobiernos se han especializados en atribuirse para sí las jornadas populares, ignorando, cambiando o silenciando la realidad de los hechos políticos, así como a los verdaderos héroes de ellos.


   En la derrota de las dictaduras militares de las burguesías latinoamericanas y de la Venezuela de los años cincuenta, hace 64 años, no fueron ni las oligarquías (Fedecámaras) ni los militares descontentos con el régimen, ni los monseñores, que, de hecho en nuestro caso, constituían los pilares cívico militar de la dictadura Pérez jimenistas, los héroes de dicha jornada. Tampoco fueron los jefes adecos en su exilio dorado y, menos aún, los copeyanos, ambos habían firmado con Betancourt, Caldera, Villalba y el imperialismo norteamericano el pacto anticomunista de Nueva York en 1957.


Los héroes y las vanguardias tanto del 23 de enero de 1958 como de la lucha armada que le sigue, fueron otros: en primer lugar los comunistas fundadores y organizadores del gran frente revolucionario de la Junta Patriótica destacando, entre otros, militantes como García Ponce, Núñez Tenorios y Fabricio Ojeda.


También fueron heroicas las alas marxistas desprendidas de la derecha socialdemócrata de AD -sobre todo su juventud- con Sáez Mérida a la cabeza quienes luego fundan el MIR. Así mismo los grupos nacionalistas de URD, separados del colaboracionista Jóvito Villalba. Lo son por igual la joven oficialidad militar muchos de los cuales pasaron a formar parte de los frente guerrilleros rurales y urbanos comandados por marxistas como Argimiro Gabaldón, Douglas Bravo, Américo Silva, Carlos Betancourt, Ricardo Palma, Pio Gil Mendoza, Domingo Tiamo, para nombrar solo algunos cuadros ya fallecidos de la revolución socialista y antiimperialista de las décadas cincuenta y sesenta.


   Muchos murieron en combates o presos por la terrible represión punto fijista, casos de Ponte Rodríguez, Nicolas Hurtado y otros oficiales y soldados. Algunos sobrevivieron quedando activos como Víctor Hugo Morales, Pedro Medina Silva, Chirinos, Martín Parada y demás patriotas


  Finalmente, el gran héroe anónimo de siempre, el pueblo movilizado y politizado, el mismo proletariado triuinfante de 1998, de 2002-2003, del 2014 y de hoy.    


   La importancia estratégica del 23 de enero y las causas por lo que los capitalistas lo ignoran y deforman, se puede resumir de la siguiente manera:


-Por ser una insurrección cívico militar salida de “abajo”, dirigida por los comunistas y por el movimiento revolucionario de la época, que demuestra la importancia del frente amplio unitario, también de las consignas correctas.


-Porque fue una poderosa movilización de masas cumpliendo las consignas liberadoras de la Junta Patriótica, que demuestra -igual que en el 2002-2003- que el proletariado si puede tumbar o montar gobiernos y hacer cambios.


-Que un frente amplio unitario puede extenderse enlazando comités militares, grupos patriotas e independientes.

 

-Que al ampliar la unidad revolucionaria y el programa – caso de la Junta Patriótica- la consigna va a la calle, conquista al pueblo, movilizando estudiantes, trabajadores y barrios. Hace estallar la insurrección política y derriba los gobiernos antipopulares. Eso paso en el caso de Pérez Jiménez. La acción popular desorganiza a la burguesía.


  Unos meses después del derrumbe Pérez jimenista, estalla el reaccionario contra golpe militar de Castro León, Los comunistas y marxistas desde la Junta Patriótica ordenan rodear Miraflores, limpiar de Pérez Jimenistas infiltrados el gobierno provisional de Sanabria y liquidar el contragolpe; el pueblo cumple la directriz, salen del gobierno provisional los Pérez jimenistas Casanova, Romero Villate y demás infiltrados, las masas derrotan el golpetazo de Castro León, acción que algunos camaradas denominan para entonces la <kornilovada>, por su parecido al golpe reaccionario de Kornilov en la Rusia soviética de 1917. El pueblo enardecido casi lincha en el Panteón Nacional a Richard Nixon, vicepresidente de Estados Unidos “de visita” en el país. El imperialismo yanqui desplaza su VII Flota contra Venezuela, comienza a crecer el antiimperialismo.


-Pero la jefatura revolucionaria comete graves errores estratégicos. No asume el gobierno provisional se lo cede al reformismo. La derecha logra dividir a la Junta Patriótica; aparece y se impone una corriente etapista dentro del movimiento marxista, se firma la llamada Paz Laboral, se impone el democratismo electoral; comienza la desmovilización popular. El pueblo se sorprende. Betancourt y el CEN de AD se aprovechan del momento, allanan el Parlamento, apresan a los diputados del PCV-MIR, ensangrienta al país. El proletariado reacciona organizando nacionalmente una lucha armada que dura 12 años. Lo demás es otra historia de la que luego hablaremos.                                                            OCV.