miércoles, 15 de mayo de 2019

LAS PRIVATIZACIONES NO SOLUCIONAN LAS CRISIS DEL CAPITALISMO, YA GENERARON MISERIA EN VENEZUELA

A PROPÓSITO DE GOBERNADORES Y MINISTROS

Otto Van der Velde Q.
Caracas 12.5.2019 
Art de opinión 
Han causado gran revuelo dos declaraciones públicas: la del ministro agrícola Castro Soteldo afirmando que la burguesía es revolucionaria y un poco después la del gobernador La Cava del estado Carabobo, señalando que es necesaria la privatización de la industria eléctrica Corpoelec. Se trata de dos posiciones emblemáticas dentro del chavismo, debido a que representan líneas de altos funcionarios del Estado en zonas claves, uno del área agrícola -Estado portuguesa- y otro del campo industrial del país, el Estado Carabobo. 
Evidentemente no son dos simples propuestas públicas, sino el rebrote de dos tendencias ideológicas en el centro mismo del proceso revolucionario bolivariano, por tanto del chavismo, actuando justo en una conflictiva situación coyuntural, fomentada con cinismo por quienes definitivamente se han constituido en la Santa Alianza imperialista del siglo 21, es decir, los capitales norteamericanos, las naciones imperialistas de la Unión Europea, el terrorismo militar de la OTAN y los testaferros de turno de una derecha internacional encabezada por Canadá, Colombia-Perú -el Pacto de Lima- y la OEA, arrastrados como fardos capitalistas en el peligroso ajedrez internacional de hoy. 
Lo cierto, es que ambas posiciones reflejan lo que, dentro del Partido Revolucionario de los Trabajadores, hemos debatido y difundido dentro del problema nacional como el curso del nacionalismo moderno en Venezuela y Latinoamérica. Temas que se manejan en nuestras filas desde los años setenta, entonces a través del MPDIN-PRTV (antecedentes del PRT actual) y en la actualidad como programa de nuestro propio partido revolucionario de los trabajadores, recogido en el folleto de junio de 2007, tras las conclusiones de plenos, conferencias etc. finalmente el III Congreso del 2006.
 Frente a circunstancias tan concretas como estas, la conclusión popular es que en verdad no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ceguera política en medio de una profunda crisis capitalista venezolana e imperialista mundial de enormes e insalvables contradicciones, las cosas no se presentan pues, tan simple para las masas y el movimiento revolucionario. 
 Batido sin piedad el pueblo por la profunda crisis estructural capitalista, por las provocaciones permanentes del imperialismo internacional liderado por Estados Unidos y sus secuaces latinoamericanos; amenazado por las conspiraciones de la derecha interna, por los errores reformistas y la burocracia omnipresente del capitalismo de Estado, la situación va llegando para las masas a su punto de definición, exigiendo una respuesta sin compromisos ni ambigüedades del poder popular y de la jefatura revolucionaria a todos los niveles. 
En base a esa disyuntiva observamos lo siguiente: los señalamientos del ministro Soteldo, podrían en verdad ser geniales en 1789, no en el 2019, hoy día son absolutamente desfasados por razones históricas indiscutibles: simplemente no estamos en el 14 de julio, en víspera de la toma de la Bastilla, esperando al empuje de la burguesía revolucionaria contra el feudo, la nobleza terrateniente y el clero, sino en el 12 de mayo del 2019, a 13 días del 1o de mayo proletario; apenas a 17 años de la poderosa insurrección popular del 2002-2003 que derrotó el golpe de la derecha burguesa restituyendo en la presidencia a Chávez y en el centro de una contradicción mundial, no del feudo y la burguesía revolucionaria, sino del proletariado revolucionario y la burguesía reaccionaria, para más, una lucha antagónica de clases cruzada por la contradicción nacional moderna imperialismo opresor- nación oprimida. Menudo asunto este. 
Como ya advirtiera Marx, la burguesía es revolucionaria hasta el mismo día que derrumba al feudalismo, al día siguiente es reaccionaria. En la muy poca fraterna y democrática revolución francesa las ideas de la aristocracia feudal y del clero, rodaron con toda y su cabeza por el patíbulo, presidido, en verdad, por el más auténtico de todos los revolucionarios burgueses, Maximilien Robespierre. 
 En otras palabras, el capitalismo, la clase burguesa, que ha pasado de precapitalista a monopolista, de allí a un imperialismo concentrado, centralizado, rapaz, ganado para matar de hambre al planeta y eructar en su cara, no tienen hoy nada que buscar en el campo de las revolucione modernas, su destino son las invasiones, bloqueos y expropiaciones a mano armada contra colonias y neo colonias indefensas en una cruenta lucha de mercados. 
 No olvide el <camarada> Soteldo que la burguesía financiero-militar anglo-norteamericana, que el Pentágono, la OTAN y sus socios de turno, han invadido y no precisamente para hacer la revolución, una centena de veces el Continente (incluyendo a Venezuela), que en los últimos meses, tales <demócratas> han robado vulgarmente, por la medida pequeña más de 40mil millones de dólares de las divisas venezolanas en el exterior, sin incluir CITGO y otros patrimonio colocado, digamos por ahora queingenuamente, bajo la tutela de burguesías no precisamente “revolucionarias”  aunque sí imperialistas, de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y demás miembros de la delincuencia organizada internacional. 
 Ahora bien, en descargo del ministro diremos que el punto se liga al problema nacional-lo que en lenguaje marxista se denomina <la cuestión nacional>. Es decir, que la frase en cuestión ¡no es una ocurrencia burocrática de Soteldo! Aunque el ministro Soteldo no es marxista y al parecer por su equivocación básica desconoce el punto nacional y los límites contemporáneo del <capitalismo nacional>. He aquí un tema debatido por todas las teorías marxistas desde el siglo 19, aunque, por ironía, mucho menos en el marxismo criollo. 
 Es pues, una controversia sobre el asunto nacional, nada empírica a pesar e empirismo nacionalista local y estrictamente imbricada a las categorías y leyes de la lucha de clase. Negar u omitir esto, es no entender ni jota de lo que pasa hoy en Venezuela y Latinoamérica, justo lo que ha hecho el 90% de nuestra izquierda para beneplácito de la derecha que en principio desprecia toda concepción de lo nacional sobre todo en la relación de lo nacional con el antiimperialismo y la lucha de clases. 
He aquí pues, una consecuencia involuntaria desprendida del error ministerial que nos lleva directamente a la caracterización de las clases en Venezuela, en particular al análisis de las contradicciones inter- burguesas, lo cual resulta positivo para el movimiento revolucionario, en particular necesaria para los chavistas genuinos y sus conclusiones en el III Congreso del PSUV, no para los escaladores, impostores y oportunistas en su seno que sí los hay. 
 No podemos extendernos ahora sobre este importantísimo tema, pero sí podemos decir, que la PYME, sector al que se liga funcionalmente el Ministro Soteldo, en un país como Venezuela sometido a la doble contradicción histórica: lucha de clase (proletariado versus burguesía) y opresión nacional extranjera ((imperialismo versus nación oprimida), podría jugar un papel progresista (no revolucionario como sector de clase pero sí progresivo) como en forma dispersa lo han hecho algunos de sus miembros en el actual proceso nacionalista bolivariano, algo factible sobre todo a partir de la victoriosa insurrección popular del 2002-2003 que modificó tanto la lucha de clases venezolana como su problema nacional, permitiendo al pequeño capitalista hacerlo y continuarlo siempre y cuando (1) sus cámaras rompan activamente (no sólo en el discurso acomodaticio) con la histórica dependencia del sector al capital monopolista improductivo, engatillado en FEDECAMARAS-VENAMCHAM (2) reconozcan el papel de fuerza motriz de la clase obrera y sus aliados revolucionarios. 
Es una posibilidad, pero solamente viable si acepta el rol motriz de la clase proletaria, de la clase obrera y sus aliados campesinos y comunas, en el desenlace de la presente además de clave coyuntura antiimperialista, cuyo programa está relacionado con la lucha por un nuevo Estado no capitalista, por una nueva sociedad no monopolista presidida por las fuerzas de abajo, un objetivo común de nacionalistas, patriotas auténticos y socialistas revolucionarios propuesto repetidamente como salida a la crítica capitalista actual. 
De esa manera podríamos debatir sobre el progresismo o no del pequeño capitalismo en Venezuela, de su necesaria oposición al gran capital local y externo, de sus consecuencias políticas. En caso contrario, divagaríamos metiendo en el mismo saco a tiros y troyanos, a grandes explotadores capitalista apátridas junto al pequeño y “aun mediano” (Carlos Rafael Rodríguez) explotador capitalista patriota, que no es explotados sino explotadores de la la clase obrera, pero a su vez oprimidos y descapitalizados por los monopolios criollos y extranjeros. 
 Valga decir, que sobre esas bases no solamente es justa, necesaria, inequívoca la prisión del conspirador Guaidó, de todos los conspiradores civiles y militares corruptos, apátridas y sinvergüenzas de los últimos 20 años, que se le expropien sus propiedades capitalistas, que vayan como reos a la cárcel, no como huéspedes con la complaciente medida gubernamental de casa por cárcel; pero más que esto, es justa y necesaria la abolición del capital monopolista y su posterior socialización, por ser fuente original de la anarquía económica actual, de la 
especulación de precios, del desabastecimiento general, de las sangrentas conspiraciones e invasiones militares, de los gobiernos paralelos tipo EEUU-OEA-Grupo de Lima-Guaido, de los robos de divisas del Estado (¡más de 350 mil millones de dólares! según las autorizadas cifras de las investigadoras Pascualina Curcio y María Alejandra Díaz expuestas en el programa informativo de Mario Silva La Hojilla del 11 de mayo), amén de otros desafueros cometidos por los monopolios privado en Venezuela, cuya existencia está expresamente prohibida por el artículo 113 de la Constitución bolivariana de la República bolivariana e incluso por el artículo 97 de la Constitución Nacional del año 1961, que los gobiernos cipayos de AD-COPEI, reemplazaron por la consigna betancourista “dispara primero y averigua después”.  ¿Por qué los gobiernos bolivarianos no han cumplido con ese mandato básico de la Constitución bolivariana? 
 En cuanto a la demostración de La Cava con su gesto de <yo no fui>, es peor. Está también de por medio la cuestión nacional, pero ahora, no desde el concepto de los oprimidos de abajo (soslayados en la imprudente frase nacional capitalista de Soteldo) sino desde una franca posición neoliberal de mucho interés para las transnacionales por el origen de ella; porque la posición del señor gobernador de Carabobo simplemente es privatizadora, exigiendo nada menos que la privatización eléctrica, que significa entregarle al imperialismo y a los monopolios un lomito estratégico de las industrias básicas, cuya fortaleza obrera fue puesto a prueba exitosamente con el famoso apagón nacional de marzo. 
Desde el punto de vista teórico debería haber una contradicción in situ entre el ministro y el gobernador dirigentes, ambos del PSUV. La posición de C. Soteldo supuestamente podría interesar a la PYME, pero como no aclara, cuál fracción burguesa es la hipotéticamente “revolucionaria>, si FEDECÁMARAS-VENAMCHAM o la PYME, el punto se congela allí, entonces podría coincidir con el señor La Cava que pide privatizar, pero tampoco dice a favor de quien, se sobreentiende que, por la cuantía, no puede ser a favor de algún buhonero sino de una transnacional bancaria o de un consorcio privado emergente del capitalismo nacional bolivariano
Indiscutiblemente esta posición liberal del Gobernador va más allá del error del Ministro, pero ambas propuestas debe encender las alarmas políticas de la clase obrera y del pueblo, sacudiendo su quietismo impropio en pleno momento coyuntural y bajo el azote de todos los capitalistas juntos, debe hacerlo si no quiere terminar pagando los platos rotos de las contradicciones inter-capitalistas a nivel de toda la sociedad y a lo interno del Estado.