martes, 13 de abril de 2021

HOMENAJE AL LEVANTAMIENTO POPULAR DEL 13 DE ABRIL DEL 2002-2003

LA DERROTA DEL GOLPE CAPITALISTA DE 13 ABRIL Y LA MARCHA DE PETARE

Tomado de la Separata del Periódico del Partido Revolucionario de los Trabajadores "El Proletario", mes de abril del 2005-

 (Reproducción 13 de abril de 2021) 

 Otto Van Der Velde Q.

   Han pasado 19 años de la derrota infligida por las masas venezolanas al golpe neofascistas del 11 de abril encabezado por la coalición imperialista internacional con la burguesía norteamericana al frente y FEDECAMARAS-VENAMCHAM, el Episcopado, y los partidos de ultra derecha como cabezas de turco locales contra el presidente electo Hugo Chávez, apoyado por los marxistas leninistas y el joven proceso nacional revolucionario en curso; también han pasado casi otro tanto de años de los sucesos del 2 de diciembre 2003 en PDVSA mejor conocido como “ el golpe petrolero”, un acontecimientos igualmente derrotado por las masas que marca otro significativo paso adelante para el movimiento obrero y los socialistas revolucionarios de Venezuela y e mundo.

En conmemoración de tan históricos sucesos y a propósito de que la crisis estructural del capitalismo mundial es en picada y no se detiene, más bien se agudiza y de que el nacional reformismo deja bien establecida su incapacidad para impulsar los cambios de fondo exigidos por los pueblos latinoamericanos, a la par de que el antiimperialismo proletario y el socialismo científico comienzan a ocupar la vanguardia de los nuevos enfrentamientos de clase que se avecinan, volvamos una vez más la vista atrás en busca de una experiencias válidas para el futuro inmediato. 

Antes del 11 de abril nuestra organización había tomado algunas previsiones. Ocurridos los hechos del 11 de abril con su estela de muertos planificados por los golpistas burgueses, los allanamientos y prisiones de rigor, se reúne el Secretariado del PRT el día 12, revisa la nueva situación política creada por el golpe de la derecha,  hace los enlaces necesarios con el resto de la Dirección Nacional y las direcciones regionales de Caracas, Miranda, Aragua, Portuguesa y Anzoátegui,  éstos tres últimos Estados bajo la dirección de los valerosos camaradas -ya fallecidos- Manuel Ureña, Jesús González, Carlos Mirabal y Jesús Belbin respectivamente, La Dirección Nacional decide la clandestinidad de Partido.

La Dirección, frente al carácter neofascista del golpe imperialista, establece contactos con otros equipos políticos del interior del país, grupos revolucionarios aliados, así como con varios dirigentes y activistas comunales, para pasar toda la organización del PRT a la actividad clandestina.

   A las primeras horas del día l3, el Secretariado del Partido hace un nuevo diagnóstico de la situación, considerando el desastroso y estúpido discurso del dirigente máximo de FEDECÁMARAS Carmona Estanga y su equipo, una señal inequívoca de seria s contradicciones en el interior de la derecha. Se constata entonces un brusco cambio de la correlación política de fuerzas, que aumenta rápidamente con la presión popular desde los barrios del Valle, Petare y algunas otras parroquias caraqueñas. Se movilizan las masas en Maracay estableciendo contacto con grupos de militares patriotas rebeldes.

    De inmediato nos comunicamos con la concentración organizada en la Redoma de Petare por la alianza revolucionaria, cuadros del Partido y los equipo de los camaradas Lenin M-Malét. Se suman los cuadros revolucionarios del Distrito y de la región Caracas, entre otros, Luis H, Manuel, Carlitos (Jacinto), Carlos (Caricuao) Wilfredo, María, Néstor, Deyanira, Vilma, el que escribe y varios militantes más.

    A las l0 am, unas l000 personas entre cuadros políticos, obreros y comunidades nos habíamos ya concentrado en el sitio, en los alrededores de La Redoma de Petare. Se presenta una discusión con un pequeño grupo de activistas del PPT que proponían dirigir la concentración a la toma del canal 8, pero la jefatura de la marcha decide el destino de ella, Miraflores, para reforzar las acciones y derrotar la parte central del cruento golpe cívico militar, organizado por la que toma en nombre de “Coordinadora Democrática”, cuyo filo represivo apuntaba desde el primer momento no sólo contra el presidente Chávez y unos cuantos funcionarios gubernamentales, sino ferozmente contra los socialistas y las corrientes más activos del proceso revolucionario bolivariano. Era imprescindible entonces cortar el paso de la peligrosa alianza imperialista y sus aliados antes que estos consolidaran el golpe y provocaran su anunciado baño de sangre.

    11 y media. Se pone en marcha el piquete de la columna a la que espera un peligroso revícorrido de Petare a Miraflores, en medio de una situación incierta y en el centro mismo de un cruento golpe en pleno desarrollo, que desde el primer momento allana, asesina, reprime al pueblo amenazando exterminar al movimiento revolucionario. Es notoria la ausencia de orientación, información e incluso de presencia y dirección de calle de muchos altos jefes del gobierno, igual que del MVR algunos de cuyos grandes jefes encabezaban e golpe -caso de Luis Miquelena o Alfredo Peña- así como de la coalición de los partidos de gobierno. Son remplazados por el ímpetu de dirigentes comunales y obreros.

    En primera fila de la columna los socialistas llaman a la resistencia y a la ofensiva Al paso del largo recorrido, la marcha popular atrae como un imán a miles de personas que bajan de las barriadas dispuestas a todo. cerros y quebradas de Petare, Maca, La línea, Campo Rico, Carpintero, la bombilla, Chapellín, Santa Rosa, Sarria, transeúntes y gente de otros barrios populares se incorporan a la gran columna en marcha hacia la avenida Urdaneta. 

      A la altura de Chacao la crecida movilización se topa con la Metropolitana y la pertrechada policía del golpista Leopoldo López, armada hasta los dientes incluyendo armamento antitanque-. En posición de combate, los golpistas cierran el paso a la ya crecida e incontenible columna. Se abre un momento de intensa tensión, pero la jefatura de la marcha -que en ese momento sumaba decenas de miles de manifestantes- da la orden de avanzar en medio de la ferocidad policial, quienes antes la firme decisión del pueblo, se amedrentan, echándose a un lado. Deben soportar entonces los insultos y desafíos de un pueblo enardecido que ya nada temía.

      No menos de 25 mil marchistas llegaron alrededor de las 2 pm, a Miraflores. La situación en Maracay era similar a la de Caracas, según los informes telefónicos de los camaradas Manuel y Ángel, desde los cuarteles ocupados por el pueblo revolucionario y los soldados patriotas. El resto es historia conocida.

     A 19 de aquellos apasionantes sucesos de abril y esperando nuevos sucesos del 2002-2003, es conveniente anotar algunas experiencias que seguramente nos resultaran de gran utilidad:

(1)   Una vez más quedaba demostrado que pueblo si tumba y repone gobiernos. Que este proceso – incluso la propia vida del presidente Chávez- se salva en primer lugar gracias a la valentía y decisión del pueblo venezolano, que pasó por encima no solo de la derecha terrorista y sus esbirros, sino también de los vacilantes, fanfarrones y traidores civiles o militares enchufados en el propio proceso, quienes dejaron el pelero antes que sonaran los primeros tiros.

(2)    Que las masas insurreccionadas aceleran, minuto a minuto, la descomposición de las fuerzas enemigas y preparan las suyas para llevar hasta el final la lucha política, disponiendo todas sus reservas de combate. Los sectores populares movilizados para el enfrentamiento, precipitaron la fractura cívico-militar del golpe, animando la posición asumida por el sector de militares patriotas, especialmente de soldados y clases que en asambleas de base desconocen a los mandos golpistas también a los vacilantes, hacen armas al lado del pueblo y niegan el apoyo al reaccionario golpe de Estado capitalista montado por Fedecámaras , los partidos de la derecha, el imperialismo norteamericano, la derecha militar y el Opus Dei español.

(3)  Que   en efecto, las condiciones insurreccionales maduran políticamente en cuestión de horas, pero se hace indispensable la línea orgánica, el  mando del partido proletario y las vanguardias de masas, direccionando una estrategia firme, un programa revolucionario concreto, acertado y claro, para  concentrar la insurrección popular y sin titubeo lanzar la orden la tomar el poder político. Lo cual objetivamente -mas no subjetivamente- estuvo muy cerca el l3 de abril, quedando inconcluso el importante levantamiento, precisamente por la ausencia de los factores internos, subjetivos mencionados arriba.

De hecho, las jornadas de abril-diciembre revelaron como falsa e interesada la propaganda del liberalismo burgués y de algunos patriotas, que, para minimizar la actividad del proletariado y los socialistas, vociferan sobre un triunfo espontáneo de masas, lo cual es una falsedad evidente. Esta en los hechos no sólo la necesaria convocatoria orgánica de vanguardia sino la disposición favorable del pueblo que se funde en todos estos casos, a la dirección revolucionaria.

He aquí pues, una novísima lección de nuestra lucha de clases del siglo 21, útil también para aquellos socialistas que anteponen el dogmatismo, el sectarismo, el espíritu de grupo, el empirismo aventurero y un sin fin de prejuicios a las tareas de la unificar el programa político de lucha con otras fuerzas, impidiendo acelerar el frente amplio y dar forma a un partido proletario unificado. Se trata de acontecimientos muy a propósito dada la situación actual.

(4) Las jornadas del l3 de abril y del 2 de diciembre del 2002 en adelante, establecieron una profunda diferencia con los sucesos populares de febrero del 89 en cuanto a una mayor madurez política de las masas, un menor sentido espontáneo de lucha, así como el papel político más activo, orgánico, desempeñado por las organizaciones revolucionarias y comunales en su seno, lo que permitió concentrar la fuerza en los objetivos cívico-militares.

(5) Dichas jornadas también demostraron otro hecho histórico determinante: que la fuerza central de este proceso revolucionario es la clase obrera y el poder popular organizado de base.

     Los suceso de abril y de diciembre, que contaron estos últimos con la presencia predominante de la clase obrero-campesina al frente de las comunidades organizadas y de los grupos de soldados patriotas, indican que las verdaderas reservas del antiimperialismo y del socialismo están en las clases y estamentos explotados, no en la alharaca del oportunismo electoral ni en los burócratas y  nacionalistas de palabras pero punto fijistas y liberales de hecho, tampoco están esas reservas en los círculos conciliadores, colaboracionistas y acobardados ante las circunstancias producto de la lucha de clases.

(6) Finalmente, quedó muy claro que las fuerzas populares deben comenzar aceleradamente un plan de organización política en todos los terrenos y bajo su propia dirección, porque el capitalismo imperialista y la oligarquía local no duermen, aprovechan la insólita impunidad existente, la falta de autoridad del gobierno con los enemigos del proceso, sus contradicciones internas incluyendo los avances de corrientes de derecha en sus filas e incluso la complicidad de unos cuantos funcionarios, dispuesto para volver a la carga.

Pero así mismo porque este proceso no se desenlazará favorable al pueblo, con reformas capitalistas de ningún tipo, sino con firmes respuestas antiimperialistas y socialistas tanto en el discurso como en los hechos..


PARTIDO REVOLUCIONARIO DEL TRABAJO  

El partido Revolucionario de los trabajadores. (PRT)

                                                                                                                                                                                                    partidorevolucionariod@gmail.com    


sábado, 10 de abril de 2021

SOBRE EL SONADO CASO DEL ESTADO APURE. Finalmente, algo tenemos que decir de los resonantes sucesos acaecidos en el Apure:


El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) 

Al pueblo de Venezuela.

Venezuela vive una de las más profundas crisis de su historia, que conjuga una serie de factores, entre otros, de crisis estructural del sistema de explotación capitalista mundial que afecta sus proceso industrial, comercial y particularmente su rama financiera tanto a nivel internacional como local; de una notable acumulación de políticas empíricas e ineficientes en el marco dislocado del modelo rentista petrolero que predominó desde principios del siglo pasado, determinando una dependencia absoluta de la rama petrolera-minera; la entrada de una dolarización anárquica que anula al bolívar como moneda nacional; se incrementa la dependencia, la superexplotación obrero-campesina con la reducción del salario al mínimo-mínimo y la maximización de los precio, en medio de un rígido bloqueo imperialista que busca la destrucción del estado nacional siguiendo el modelo libio-Iraki; simultáneamente aumenta la extracción ilegal de los recursos básicos mineros como el oro, el coltán y otros renglones estratégicos, además descalabro de los servicios públicos, la fuga de divisas etc.

A todo este cuadro se agregan respuestas del Estado no satisfactorias frente al colapso capitalista. El proceso revolucionario bolivariano que significó en un primer momento la gran esperanza para la dignificación nacional del pueblo venezolano, choca ahora con una serie de contradicciones no resueltas que tienden a desdibujarlo como proyecto político popular y liberador.

   El proyecto nacionalista y liberador que lideró el comandante Hugo Chávez Frías, posteriormente asume en el discurso, las banderas derivadas del socialismo liberal con epicentro en Alemania, denominado <socialismo del siglo 21>; una propuesta de cierta carga social en la cual la mayoría del pueblo venezolano cifró sus esperanzas por la construcción de una sociedad igualitaria, soberana y con justicia social, sin tomar en  cuenta las observaciones que del lado marxista se hacía sobre el origen, la composición y el poco carácter científico de dicha propuesta, en contraste a la sólida experiencia y contenido de clase del socialismo revolucionario, que dicho sea de paso, siendo una concepción políticamente dinámica, ha superado prácticamente la crisis interna de los años noventa, provocada por el imperialismo internacional y las corrientes burocrático liberales del eurocomunismo europeo que finalmente derrumban la URSS, dividiéndola y saqueando los fondos sociales de la gran revolución proletaria de octubre. Pues bien, se supera a sí mismo el socialismo científico mientras el reformismo mundial se hunde en el descrédito, demostrando inequívocamente la vigencia del socialismo revolucionario como única salida segura para la sobrevivencia y desarrollo pleno de la humanidad. 

    Los hechos demuestran que incluso la propuesta política <de ese socialismo> desdibujado, va siendo dejada poco apoco de lado por otras fuerzas que irrumpen en el proceso revolucionario bolivariano, dando paso al crecimiento de una contra corriente interna dentro del nacionalismo, que castiga tanto al proletariado como a los sectores consecuentes del propio chavismo, en función de consolidar de un capitalismo productivista, que no siendo tal, preserva las antiguas bases político-jurídicas del viejo capital monopolista, que es un sector capitalista importador y hegemónico en la economía política venezolana desde los años cincuenta, que en materia de desarrollo nacional nada o muy poco ha aportado a dicho desarrollo. Su contribución al PIB no ha superado el ridículo 1%.

    La nueva tendencia de esa burguesía se conoce popularmente como “boli-burguesía”. Sus impulsores la definen como <burguesía revolucionaria> sin realmente serlo, solamente para justificar una alianza con el capital monopolista local e internacional, que como se sabe es subsidiado, privatizador comprobadamente neocolonial, parasitario e improductivo. 

    El discurso de estos nuevos animadores reformistas del capital, trata de empujar hacia atrás las conquistas nacional revolucionarias y asistenciales de las luchas del pueblo  bolivariano, utilizando ese falso socialismo de la socialdemocracia europea, que virtualmente ha secuestrado la verdadera concepción transformadora del socialismo científico con una caricatura de socialismo que sólo deteriora los logros del proceso revolucionario nacional, proceso que aun con toda esta pesada carga sigue en marcha, gracias al empuje de las capas más avanzadas del movimiento cívico militar de las masas bolivarianas, que representada por el proletariado, los socialistas y el chavismo consecuente, empujan contra viento y marea e cambio revolucionario.

   El Partido Revolucionario del Trabajo, partido de los trabajadores PRT, organización proletario de firme y comprobada doctrina marxista leninista, ya había alertado en su debida oportunidad a través de documentos, de su propaganda, en conferencias y eventos -caso de la Convención Extraordinaria del 2005- del peligro que acechaba que  el proceso nacional revolucionario liderado entonces por el presidente Chávez y sus colaboradores, no solo en la ultraderecha sino en algunas fracciones del propio chavismo, desafinados con el nacionalismo revolucionario y el cambio social exigido por las masas en su lucha de calle pero también electoralmente.  

    Los golpes, magnicidios reaccionarios desencadenados a partir del 2002-2003 dirigidos por la gran coalición del imperialismo norteamericano, los monopolios de Fedecámaras-Venancham, los partidos punto fijistas, el Episcopado y destacados dirigentes “chavistas” del MVR como Miquelena, Peña, Dávila y otros, eran una alerta más que suficiente ante dicho peligro. Sin embargo, pudo más el triunfalismo y el perdón que la formidable experiencia de 13 de abril con la gran derrota popular de la insurrección capitalista.  

   Ahora que nuevamente se ciernen sobre Venezuela las amenazas igualmente concretas de una intervención armada de la reacción internacional, encabezada no ya por Trump sino por el gobierno norteamericano de Biden y sus aliados del área e internos, vale señalar de nuevo aquella sangrienta experiencia, más las anteriores, sufridas por el pueblo durante los años sesenta, setenta y ochenta, también dirigidas, financiadas y organizadas por la misma coalición de ayer, EEUU-FEDECAMARAS-VENAMCHAM y sus títeres, quienes ahora se presentan como renovados, héroes de la paz, del productivismo y del antibloqueo, cuando son ellos mismo quienes propician ese criminal bloqueo, acatando las órdenes del imperialismo internacional 

   Este proceso de desviaciones, retrocesos e ideologías extrañas al momento de cambio que vive el mundo y particularmente Latinoamérica y el Caribe, aumentó con la prematura muerte del presidente Chávez y el ascenso de nuevas corrientes liberales dentro del gobierno y el Estado venezolano. Estas corrientes rápidamente han tomado cuerpo atropellando no solo la ideología nacional revolucionaria de sus propios sectores, sino los planes sociales y hasta el mismo lenguaje obrerista. El empuje social se ha detenido confundido por los planteamientos públicos de dicho sector, la ineficiencia administrativa del Estado, su falta de autocrítica y el exceso de sectarismo en sus filas. 

    La línea de esa ala derechista dentro del bolivarianismo, públicamente visible y activa en sectores del gobierno, apunta no sólo al atropello, eliminación o disminución de algunas conquistas sociales, sino también e introducir planes neoliberales incluyendo leyes privatizadoras a nivel del petróleo, minería, gas etc.  Se trata de una corriente indiferente ante la insólita especulación monopolista de los precios, la miseria del salario y una vertiginosa dolarización que amenaza remachar la dependencia, la pérdida definitiva de la identidad nacional y la hambruna general en la población. 
Estos grupos contradictorios dentro del gobierno que presionan hacia atrás, crean descontento, falta de confianza y desmoralización en los sectores populares, pero también resienten las propias filas del chavismo, pasando incluso por encima de las decisiones antimonopolistas y revolucionarias votadas en el III Congreso del PSUV. Se trata de un escenario que le viene de perlas a la ultraderecha y el imperialismo en momentos que estos arrecian el hostigamiento militar y el bloqueo general, en medio de la mortal pandemia del COVID-19.

   El PRT deja claramente ratificada su lucha antiimperialista y anticapitalista por la unidad nacional, ratificando que sus ejecutorias siempre estarán orientadas en defensa del proletariado, de los campesinos, las comunidades y los sectores sociales más vulnerables. En nuestra larga trayectoria hemos demostrado que para nosotros eso no es una posición declarativa ni coyuntural sino de principios.

   Creemos firmemente que las contradicciones entre el gobierno estadounidense y el gobierno venezolano, aparejada con las llamadas sanciones, se enmarcan en las tensiones del imperialismo y las nuevas potencias económicas emergentes como China, Rusia y la India, ya que Venezuela ha consolidado una correcta política de alianzas con dichas potencias y las revoluciones antiimperialistas de Cuba, Siria e Irán, lo ha hecho dentro en un territorio canallescamente considerado por la derecha como “patio trasero de los Estados Unidos”, una potencia  en franca crisis y decadencia general, lo que aumenta los peligros que rodean la lucha de clases venezolana.

Consideramos que la arremetida del imperialismo Euro norteamericano en contra de nuestro país, no obedece a que en Venezuela se esté instalando el modelo socialista, puesto que no hay socialismo alguno en las actuales políticas, que todo ello obedece a los intereses económicos-políticos de las potencias mencionadas, al plan estratégico del imperialismo yanqui para anexar mercados, territorios petroleros, mineros e hídricos a la mano.

   Por razones de principio, rechazamos de plano el bloqueo económico, financiero y comercial que EEUU y sus aliados aplican en contra del pueblo venezolano, significando terribles sufrimientos y carencias para millones de desposeídos, luchamos contra eso, padecemos sus terribles efectos, pero exigimos al gobierno ni una sola concesión ni colaboración contra esos enemigos del pueblo.

   Por esas mismas causas nos oponemos decididamente a cualquier giro hacia la derecha de la política oficial, que pondría en riesgo no solamente el desarrollo económico propio sino la independencia, la unidad nacional y el bienestar popular. Nuestro Partido propone al pueblo de Venezuela, la más amplia unidad de los sectores revolucionarios y progresistas para consolidar una alternativa popular revolucionaria, socialista, con un contenido programático basado en claras, firmes y concretes medidas antiimperialistas fundamentadas en el socialismo revolucionario, 

   Nuestro pueblo exige: (1) la congelación inmediata de los precios (2) la aplicación del artículo 113 de la Constitución Bolivariana que prohíbe los monopolios privados generadores del caos actual, así como la socialización de los medios de producción monopolistas. (3) No exonerar sino elevar los impuestos a la alta burguesía, obligándola a repatriar los billones de dólares especulativos que tienen en la banca de los paraísos fiscales extranjeros (4) eliminación de la perniciosa dolarización económica (5) acabar con la sobreexplotación obrero campesina y el aumento del salario a nivel de la canasta alimentaria y (6) que cumpla sin más discursos con la vieja propuesta de un gobierno directo obrero campesino y comunal.

   Para vencer la crisis capitalista y entrar verdaderamente a un desarrollo económico social sostenido e independiente, nada hay que buscar en un sistema capitalista en total decadencia mundial, para ello es posible y necesario ahora la consolidación de un Estado obrero-campesino y comunero del cual hemos hablado los socialistas y el propio chavismo avanzado, para sentar bases firmes de nuestro despegue histórico definitivo.

SOBRE EL SONADO CASO DEL ESTADO APURE

   Finalmente, algo tenemos que decir de los resonantes sucesos acaecidos en el Apure: el conflicto armado en contra de Venezuela, actualmente en desarrollo en el eje fronterizo del estado Apure y otros estados limítrofes poseedores de grandes recursos naturales, penetración, que es auspiciado por el imperialismo Estadounidense, la oligarquía colombiana y sus secuaces del área, obedece claramente a la primera fase de una escalada de invasión violenta progresiva, que tiene como fin último la intervención definitiva en contra de la nación venezolana.

   La estrategia imperial es la guerra híbrida utilizando grupos para militares, mercenarios tercerizados o contratistas, delincuencia común, sicarios y otros grupos criminales. En este escenario guerrerista entra también en juego una guerra mediática de desinformación, que tiene como objetivo fundamental la legitimación de la agresión en la opinión publica colombo-venezolana.

   Todas estas operaciones forman parte de un complejo plan de agresión, que, como dijimos, es el comienzo del plan estratégico imperialista para completar la intervención y el fraccionamiento general de nuestro país. En este sentido el PRT, denuncia y condena esta vil agresión y reconoce la acción patriótica de las de Fuerza Armadas Nacional Bolivariana, lamentando al mismo tiempo las víctimas en esta acción de resguardo nacional.

   En la agresión imperialista el frente mediático que la secunda es más complejo, ya que su objetivo es crear la confusión total en las poblaciones de ambos países, contemplando operaciones sicológicas de terror contra los pobladores de la zona, posicionando de esta forma matrices mediáticas internacionales y ejecutadas a través de las redes sociales, donde se presenta la respuesta nacionalista e institucional del Ejército bolivariano, como un acto violatorio de los derechos humanos, vinculado al narcotráfico, contrabando y secuestro.

   Esta campaña de psico-terror ha generado el desplazamiento masivo de personas, que desde el Estado Apure cruzan la frontera hacia Colombia, con la incitación del gobierno colombiano de Duque, aliado incondicional del imperialismo norteamericano y de la OTAN, cuyas intenciones son claramente anexionistas. A dicha campaña de desinformación y terror sicológico se le suman ONGS, la USAID y la NED.
   La estrategia imperial y la oligarquía colombiana de Iván Duque en complicidad con la señora Michelet Bachelet, comisionada de los derechos humanos de la ONU, pero públicamente parcializada con los atropellos de EEUU y sus aliados, es declarar a Venezuela como zona de conflicto entre supuestas mafias del ejército venezolano y sectores disidentes de las FARC.
   Se pretende por esa vía confundir y crear las condiciones para la profundización del bloqueo económico, financiero-comercial e impedir el arribo de alimentos, medicinas e insumos, de manera que se descontrole la pandemia y aumente el aislamiento, así la intervención definitiva tendrá la mesa servida,
    El PRT declara la condena de estos planes del imperialismo mundial y las burguesías locales con la complicidad del reformismo, cuyo objetivo estratégico es fraccionar 

la nación y anexar los abundantes recursos naturales que son la garantía futura del pueblo venezolano.
    Ratificamos pues, los principios socialistas del internacionalismo proletario en cualquier parte de mundo que se luche contra el sometimiento y la explotación del pueblo. Es ese un principio de la propia historia venezolana desde la independencia anticolonial hasta las luchas liberadoras de hoy; pero con la misma conciencia y decisión de lucha rechazamos la injerencia provocadora del imperialismo norteamericano sus aliados y de quienes intenten socavar la soberanía nacional popular. Los enfrentaremos enarbolando la autonomía, la organización e intereses del programa revolucionario proletario, que lo es del pueblo todo, en función de la unidad nacional cívico militar antiimperialista y por el socialismo revolucionario.

        ¡SI HAY SALIDA CON EL ANTIIMPERIALISMO Y EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO, NO LA HAY CON EL CAPITALISMO!
                        Dirección Nacional  Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT.
                                                                                                               Abril 2021.